I Ana Isabel Contelles I
El trazado regular en la planificación de las ciudades o municipios desde su teorización con Eiximenis en el siglo XIV se adelantó a la recuperación renacentista de Vitruvio, de modo que desde Aragón y una vez unida esta Corona a la de Castilla, a través de las Leyes de Indias, debió tener también su influencia en el urbanismo regular hispanoamericano. (Vicente Bielza de Ory, 2000).
A lo largo de la historia de la humanidad la ciudad geométricamente diseñada, frente a la nacida espontáneamente, responde a poderes fuertes capaces de organizar una sociedad y un territorio. Lo normal es que se trace el plano ortogonalmente, con manzanas [1] cuadradas o rectangulares, cuyas calles se cortan perpendicularmente. Se trata de la forma más sencilla y equitativa de repartir el espacio tal y como señala Le Corbusier [2].
Urbanismo medieval europeo
Diferentes investigaciones describen que en la Europa medieval se fundaron multitud de ciudades planificadas por diferentes motivos, pero sobre todo siguiendo estrategias de control y explotación de nuevos territorios conquistados, cabe recordar en:
- Francia, las bastidas;
- Alemania, ciudades de colonización;
- Inglaterra, las villas nuevas;
- En estas ciudades también se observa una constante en la toponimia, solían recibir el nombre de Villa Nova, Borgo Franco o Castel Franco [3].
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Urbanismo medieval español. Reino de Aragón
Desde el año 711 la península ibérica, (actualmente España y Portugal), se encontró dividida entre el Estado musulmán de al-Ándalus y los distintos condados y reinos del norte de la península.
La ciudad regular que nace en Aragón, uno de los citados reinos del Norte, a finales del siglo XI, proviene de una voluntad firme, la de Sancho Ramírez, con la idea de prevalecer sobre los poderes señoriales y controlar el territorio. El rey aragonés contaba para ello con dos alicientes, por un lado la posición estratégica de Jaca en el cruce de caminos del Somport (puerto de montaña de los Pirineos) hacia Saraqusta (nombre en el año 714 d.C. de la actual ciudad de Zaragoza-España) y del Canal hacia Castilla y Santiago y por otro la concesión de derechos y libertades a partir de la concesión del fuero de Jaca. Otorgado entre los años 1076 o 1077, concedía a los nuevos colonos que se instalaran en el suelo de propiedad regia una serie de franquicias y privilegios excepcionales entonces en Europa, tales como: libertad de circulación, exenciones fiscales y rebaja de las cargas militares en la hueste regia [4].
El éxito del modelo promulgado no se hizo esperar llegando rápidamente pobladores al abrigo del nuevo régimen jurídico. La trama urbana de cada una de las nuevas villas se formó a partir del reparto de suelo, llevado a cabo con un único criterio: parcelas iguales para hombres iguales, sobre un territorio que era cedido para su explotación, pero seguía siendo propiedad del rey.
Urbanismo medieval español. Reino de Valencia en la baja Edad Media (actual Comunidad Valenciana)
El poder andalusí en la península ibérica se hundió durante el siglo XIII frente a las fuerzas feudales en buena parte de la península ibérica.
La conquista cristiana de los territorios de Valencia y Murcia dirigida por el rey Jaime I tuvo lugar entre los años 1233 y 1244 y fue la monarquía la que tuvo la potestad de repartir el territorio, cosa que llevó a cabo a través del Llibre de Repartiment de la ciudad y Reino de Valencia [5] a través de un largo y fragmentario proceso de donaciones.
Jaime I, tras la conquista de Valencia, necesitaba controlar el territorio para asegurar su dominio. Por dicho motivo, para atraer nuevos colonos, se basó en la experiencia de siglos antes en Aragón a partir del fuero de Jaca, procedió a redactar unos derechos o privilegios que se le concedería a cada uno los cristianos que acudieran, utilizando para ello las cartas de población. Dichos colones se emplazaron en villas uniformemente espaciadas y sujetas a una jerarquía. En el orden interno, la geometría permitía controlar el asentamiento de la población al imponer un orden en la partición del suelo y posibilitar su incorporación al proceso productivo y fiscal.
Poblaciones de nueva planta y trazado regular: Las Poblas
Las formas de asentamiento implantadas tras la conquista se caracterizaron por el predominio de núcleos fuertemente agrupados, ordenados con criterios geométricos y, muchas veces, fortificados. Frente al matiz institucional de estas denominaciones, parece preferible el término coetáneo de «pueblas» (pobles, sing. Pobla), de uso más genérico y cuyo sentido remite, más bien, a la constitución física de las áreas de residencia [6].
Las poblaciones fundadas por los cristianos reemplazaron normalmente a formas de agrupaciones menores, más separadas y menos compactas, como eran las alquerías musulmanas. En el emplazamiento que se elegía para construir una pobla, las alquerías quedaban desiertas o su número disminuía considerablemente, mientras el antiguo castillo andalusí (hisn), localizado siempre en los lugares mas altos, terminaban sin pobladores o reducido a labores auxiliares (ya que la propia pobla una vez amurallada cumplía los deberes de defensa y sede administrativa que antes le eran propios).
Las poblas de nueva creación se llamaron, pues, como los antiguos husûn andalusíes, pero no se encontraban ubicadas en su misma situación. Como ejemplo, la villa objeto de este artículo, “La pobla de Benaguzir” o lo que era la mismo “la nueva población en el término del castillo de Benaguazir”.
La Pobla de Vallbona, alias de Benaguazir
Enric Ginot y Joan Martí, medievalistas valencianos, en sus estudios han identificado la existencia de 200 nuevas villas medievales, denominadas “las poblas medievales valencianas”. Todas ellas cuentan con documentos fundacionales que establecen el régimen jurídico de su vecindario, los fueros y Cartas Pobla o Cartas de Población.
La Pobla de Vallbona es un municipio en la actualidad, sito en la provincia de Valencia (España) y se enmarca perfectamente en el contexto descrito ya que como núcleo urbano, tiene su origen tras la ocupación de las tierras valencianas por parte de las tropas cristianas, puesto que en el Llibre del Repartiment [7], no se menciona la existencia de dicha localidad a priori. La nueva población, pues, se emplazó en un valle cerca del castillo musulmán de Benaguacil, datando su fecha fundacional del año 1382, según carta de población otorgada por Martí l´Huma y María de Luna, aunque el asentamiento, casi con seguridad, surgió aproximadamente un siglo antes.
Las trazas urbanas de su núcleo fundacional serían el punto de partida, puesto que observándolo manifiesta un entramado de calles continuas, rectilíneas, paralelas entre sí, mostrando un urbanismo regular obviamente no aleatorio.
Ante los antecedentes descritos, el ámbito en el que se desarrollará el presente artículo queda definido en dos puntos:
- A nivel urbanístico: comprobar las semejanzas y diferencias entre las trazas urbanas de algunas poblas de colonización valencianas, para posteriormente comparar los resultados entre ellas, con las villas medievales aragonesas y el municipio centro de este estudio.
- A nivel arquitectónico: documentar los elementos arquitectónicos civiles y religiosos similares y su localización espacial en la urbe estudiada.
Como base, las 200 villas identificadas por los medievalistas valencianos, tomando al azar 13 municipios con muralla y planta poligonal para ser estudiadas y comparadas con La Pobla de Vallbona. Las villas elegidas de la Comunidad Valenciana, de norte a sur:
CASTELLÓN
- Vinaroz
- Castellón
- Vila-real
- Mascarell
- Nules
- Almenara
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VALENCIA
- Puzol
- Cullera
- Gandía
hhh
ALICANTE
- Cocentaina
- Penáguila
- Alcoy
- Teulada
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Los bloques analizados en cada una de ellas, fueron:
URBANISMO
- Situación y fundación.
- Las trazas urbanas;
- Tamaño de la villa;
- Viales, ancho, longitud y orientación inmuebles
- Ordenación urbanística, tipología constructiva
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ARQUITECTURA
Intramuros:
- La muralla
- La plaza y la “Sala del Consell” o Sala del Consejo
- Iglesias con bóvedas de crucería
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Extramuros
- Ermitas con arcos de diafragma
- “Peirons” o cruces de término
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Cada una de las manzanas [8] ubicadas en un núcleo histórico fueron enumeradas, siguiendo siempre el mismo orden, de norte a sur, y de izquierda a derecha. Una vez registradas se procedió a comprobar sus dimensiones (a lo largo y ancho), profundidad y orientación.
Para finalizar, fueron puestas en común la tipología de manzanas existentes en estas villas. Tomando como referencia el único municipio de la Comunidad valenciana que mantiene en la actualidad intacta la cerca, Mascarell.
Problemática
La mayor dificultad de la investigación erradicó en hallar la delimitación original de cada uno de los municipios. Al visitar las poblaciones o los diferentes archivos históricos, en la gran mayoría, siempre se presentaba alguno de los casos siguientes:
- Desconocimiento de la delimitación recinto amurallado en todo su perímetro.
- Derrumbe de edificios medievales para ganar espacios públicos, desaparición del camino de ronda o de parte de la superficie de la plaza mayor para ganar espacio para edificar.
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El segundo problema surgió al analizar las trazas urbanas, las manzanas y los espacios públicos. En la mayoría de los centros históricos se han podido documentar:
- La apertura de nuevos viales y zonas abiertos.
- Igualmente, atestiguada resulta la desaparición de “carrerons” [9].
- La modificación de las dimensiones. Viales que han cambiado la alineación con el paso del tiempo, algunos desaparecidos otros creados.
- La reestructuración de manzanas completas. Ensanchadas, unidas a otras.
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Todo ello con las consecuencias que conllevaba esos cambios de alineación y de espacios para los inmuebles:
- La desaparición del parcelario histórico y de la arquitectura residencial tradicional al permitir los diferentes planes urbanísticos, nuevas tipologías constructivas, pasando de viviendas entre medianeras a edificios en bloque.
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Por ultimo, reseñar, la falta de documentación histórica al haberse disipado dichos testimonios escritos en los últimos conflictos bélicos de nuestro territorio.
Conclusiones
Los resultados del estudio comparativo entre la evolución y reforma urbanísticas de este grupo de poblaciones de nueva planta durante la conquista de Valencia y nuestro municipio han dado como resultado las conclusiones que se exponen a continuación.
- Todas las villas se ubicaban en territorios donde había campos parcelables de regadío y de secano. En un valle, a unos pocos kilómetros del “castrum” del que dependían, al lado de una acequia, de modo que se garantizaba el suministro de agua, y en la cota inmediatamente no regable.
- La orientación de los distintos municipios estudiados es indistinta, dependía de la climatología del lugar y de la adaptación al medio.
- La forma geométrica de los núcleos de población es diversa, aunque la mayoría cuenta con forma cuadrangular.
- Cuando más importante es el núcleo de nueva creación, mayor superficie abarca y mayor número de nuevos pobladores pretendía atraer.
- Por otra parte, se han demostrado dos relaciones en el diseño urbanístico: 1) Las trece villas guardan aproximadamente una relación del perímetro con sus lados de 3:5; 2) La relación entre sus lados comprende el intervalo 1:1 o 1:2.
- El centro histórico con mayor superficie sería Castellón, llegando a contar con 500 x 450 m. Esta dimensión coincide con la que Francesc Eiximenis indica, en su libro Lo Crestià, que deben de tener las nuevas villas.
- La planta queda dividida por dos ejes principales, ambos perpendiculares entre sí. El eje longitudinal siempre será identificado como “carrer Major”(calle Mayor). Paralelos a estos viales aparece la segunda categoría de calles, los viales secundarios.
- El número de viales secundarios solían ser tres. El primero el carrer del “Mig o Mitja”(calle Mediana), seguido por el “carrer de Dalt”(calle de Arriba) situado más al norte de la población, y al sur el conocido como “carrer de Baix”(calle de Abajo).
- Perpendiculares a las calles anteriormente citadas aparecen otras más estrechas, simplemente funcionales y sin accesos a inmuebles, denominadas “Travesseres”. Para finalizar se documentan “els carrerons”, callejones que no tienen salida y que solían dar servicio a una única casa.
- En el cruce de los dos ejes principales aparece la plaza que se ubicaba en el centro del municipio, eje de la vida civil.
- Se ha identificado dos clases de espacios edificatorios: manzanas que lindan con la muralla, y las que no lindan con muralla tipo islas, con sus respectivas proporciones.
- El nuevo núcleo fundacional se componía con una serie de pautas: 1) Los anchos de los viales; calle más importante cuenta con mayor anchura, 2) La longitud de las fachadas; vial secundario fachada más estrecha o de menor dimensión; 3) La orientación de los inmuebles, siempre el acceso principal hacia el vial de mayor relevancia; 4) La profundidad de la parcela es mayor en las parcelas del carrer Major, en detrimento de sus opuestas; 5) Los parámetros descritos de las 13 villas valencianas junto con los de la Pobla de Vallbona son semejantes a los de las villas aragonesas en sus centros históricos.
- La mayor parte de los municipios del Reino de Valencia siguió el mismo criterio que en Aragón, con la villa consolidada se cerraba el perímetro con la cerca muraría. Los portales de acceso, siempre, en los ejes principales.
- Desde el punto de vista arquitectónico todas las villas contaron con numerosos edificios de carácter noble y de órdenes religiosas, así como con otras construcciones de menor entidad donde habitaría la población de menores recursos: labradores y artesanos. Los primeros se situaban en los dos ejes principales y los segundos en los viales secundarios.
- Se ha podido documentar en intramuros, coincidiendo con los inmuebles de sus misma tipología en el resto de villas, lo siguientes edificios:
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A – En la “plaça Major”(plaza Mayor): la Sala del Consell.
B – En el carrer Major: la casa abadía, el convento de San Onofre, la casa procura y un segundo Inmueble del Convento de Porta Coeli y comercios de primera necesidad: el horno y la carnicería situados en la misma quarta administrativa.
C – En el vial transversal principal: La cisterna y un edificio propiedad del Convento del Carmen.
D – En otros viales: El fosar [9]. Su ubicación queda demostrada documentalmente y con el hallazgo de dos estelas discoidales descubiertas en la parcela.
- El inmueble ubicado a la derecha del cementerio medieval es el destinado a Iglesia de Santiago Apóstol. Edificio con bóvedas de crucería, se sitúa en la esquina del parcelario, al igual que en el resto de villas valencianas, al lado de un portal de Benaguacil. Queda demostrado su existencia en el año 1390.
- Extramuros, de carácter religioso se identifica el mismo patrimonio inmueble que en las demás pueblas valencianas. En un pequeño montículo la ermita de San Sebastián, construida con arcos de diafragma, y una monumental cruz donde seguramente estaría situado un peiró hasta su destrucción durante la guerra de la independencia.
- Otro tipo de patrimonio inmueble inventariado en la citada población como arquitectura popular de piedra en seco, en la zona norte del término municipal, “los catxirulos” o refugios de labradores, “aljubs” o aljibes y muros de piedra en seco.
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Después de todas las conclusiones citadas, a modo de resumen final conviene precisar que resulta evidente que todas las poblaciones analizadas cuentan con características semejantes, desde la elección del lugar, seguido por los trazados paralelos y ortogonales de los viales, la tipología de las manzanas o los parámetros urbanísticos de los inmuebles, los inmuebles situados intramuros o extramuros, y hasta la toponimia. Todo este conjunto es la prueba de que se buscaba un patrón coherente. Por lo tanto, [10] queda demostrado que se seguían unas normas, que se buscaba un diseño, un modo de distribuir el espacio y que había personal cualificado encargado de replantear y organizar estas poblaciones, los urbanistas de la época, todos con la misma función pero con distintos nombres, sogejadors, quiñoneros, batles o agente assentisa. Nada se dejaba al azar.
Notas
[1] Espacio urbano, edificado o destinado a la edificación, generalmente cuadrangular, delimitado por calles por todos sus lados. Real Academia de la Lengua.
[2] LE CORBUSIER Bézard, N. El espíritu nuevo en arquitectura, Murcia, 1924.
[3] Ídem.
[4] BIELZA DE ORY, V. La ciudad ortogonal aragonesa del Camino de Santiago y su influencia en el urbanismo regular posterior. Aragón en la Edad Media, XVI. Zaragoza: Univ. Zaragoza, 2000.
[5] y [7] Registro documental que recoge las donaciones de bienes realizadas por el monarca Jaume I a sus colaboradores antes y poco después de la reconquista de Valencia (1238).
[6] TORRÓ, J. La conquista del reino de Valencia. Un proceso de colonización medieval desde la arqueología del territorio. Valencia: Universidad de Valencia, 2002.
[8] Espacio de terreno con casas o sin ellas, pero circunscrito por calles por sus cuatro lados.
[9] Viales secundarios que servían para conectar y acceder a los viales principales. Eran de paso. Nunca se abría puertas de acceso a viviendas hacia ellos. Nombre en lengua valenciana, en español podría ser similar a callejones.
[10] Denominación medieval para nombrar el cementerio.
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Anabel Contelles Llopis
Desde su época universitaria, mostró interés por la restauración del patrimonio. Sus inquietudes hacia la intervención arquitectónica la llevaron a Doctorarse en Arquitectura por la UPV. Durante ochos años ejerció de Técnico de Gestión de Patrimonio. Ha impartido cursos de formación en la Diputación de Valencia y coordinado publicaciones sobre patrimonio local. Profesionalmente cabe destacar sus intervenciones en la ermita gótica de San Sebastián, la torre barroca de Santiago Apóstol y el Museo Etnológico la casa gran. Siempre con el mismo objetivo, difundir la historia valenciana con el fin de asegurar su puesta en valor y conservación.
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